Woody Allen
Janis Joplin, Kurt Cobain, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, y súbitamente, he tenido el deseo de recordarlos, y han dado vueltas en mi cabeza desde entonces, esto me llevó a preguntarme la razón, la teoría de Sheldon Solomon y Jeff Greenberg, profesores de psicología social pareció darme una respuesta:
"A diferencia de otros animales, los humanos entendemos lo inevitable de nuestra propia muerte. También a diferencia de otros animales, tenemos un cerebro que es capaz de imaginar un mundo en el cual ya no estamos vivos. "
JGreenberg: "Solo los humanos nos damos cuenta de que en algún punto morirán"
SSolomon: ..."y como esto es una clase de violación a aquello que estamos haciendo, porque estamos intentando mantenernos vivos, tratamos de crecer, sin embargo sabemos que inevitablemente nuestro intento será frustrado"
El conocimiento de que moriremos y no hay nada que podamos hacer al respecto es aterrador.
Pero los psicologistas teorizan que por medio del arte, encontramos una forma de aligerar ese miedo y llegar a un acuerdo con nuestra propia muerte.
SSolomon: "....Lo que hace el arte es darnos una manera de darnos el control de nuestra muerte atraves de la naturaleza, remodelando al mundo a nuestra propia imagen."
Mediante la creación de imagenes de aquellos que han perecido, nosotros intentamos convencernos de que la muerte no es tan mala despues de todo.
Por medio de la experimentación, estos dos psicologistas descubrieron de personas quienes habian sido inducidas a pensar en la muerte habían aumentado considerablemente el tiempo que observaban las imagenes de personas famosas que habían muerto, a diferencia del grupo de aquellos a quienes no se les había inducido a pensar en la muerte, era como si, al mirar las fotos de los muertos, las personas creyeran que, a cambio, ellos serían también recordados después de la muerte......"
El instinto de supervivencia es un ciclo interminable, tanto como el deseo de permanencia, el sueño humano de ser recordados por la eternidad. En este respecto, hoy me dejaré soñar en la eternidad, admirando nuestra fragilidad, esa que nos provoca y nos lleva por caminos nuevos, y admiraré aun más el arte, ese que nos grita que hay que vivir cada instante, con el conocimiento de que puede ser el ultimo, pero la esperanza de que no sea así.